Sara Pérez Sánchez
Decir adiós sin haber soltado. A quemarropa es un grito en mitad del hielo.
Es intentar contener la hemorragia de un adiós que llega a borbotones.
Cada verso de este libro fue una burbuja en la que poder respirar mientras estaba en el fondo. Cada verso fue flotar un poco más.
A quemarropa es tender las tripas y el dolor al sol y esperar a que se sequen. La cronología de un derrumbe. Y un punto final.